Todo sobre la corte

Un cielo que se oscurece

By abril 9, 2015junio 9th, 2020No Comments

Brevísima noticia, simplemente para mantenernos al día en la carrera hacia el 15 de abril, jornada en la que sesionará el Senado para tratar el pliego de Robertó Carlés.  La senadora neuquina Lucila Crexell (MPN) anunció que concurrirá a votar en contra del candidato propuesto por Cristina Kirchner y con ello inclina la cancha hacia una negativa. Recordemos que para que el Senado preste el acuerdo se necesitan dos tercios de los votos de los Senadores presentes, con lo cual es importante conseguir votos a favor y evitar votos en contra, aún a través de la ausencia de los legisladores a esa sesión. Luego de la reunión de  la Comisión de Acuerdos de la que la Senadora forma parte, Crexell -habitual aliada del bloque oficialista- decidió no firmar el dictamen de mayoría pero se especulaba con que no concurriera a la sesión. Ayer anunció que «yo voy a votar en contra y voy a estar presente en la sesión del próximo miércoles». Y continuó:

«Tendrá un gran futuro como penalista, pero no tiene la solvencia ni el aplomo que requiere para ocupar un cargo en la Corte Suprema de Justicia. Le hice un par de preguntas y no tuvo la solvencia para responderlas. Para mí, esto es como el caso Milani [César, jefe del Ejército], no se negocia. Cuando se trata de la Corte, hay que nivelar para arriba».

Lo interesante del caso es que, en este proceso, es el único caso que se ha conocido de una decisión basada en los resultados de sesión en la Comisión de Acuerdos. Los criterios podrán ser discutibles y, por lo que nosotros presenciamos del interrogatorio, parecen más intuitivos que discursivos ya que las preguntas que le dirigió Crexell al candidato fueron breves y, como dijimos aquí,  de una gran amplitud teórica combinada con una aguzada casuística. Pero, como ya sabemos, ella no era la que estaba rindiendo examen, ya lo hará frente a sus electores. Con razón o sin ella, Carlés no la convenció, y ella respaldó esa visión con su decisión política. Si esta actitud de multiplicara y los Senadores expresaran su parecer, dejando de lado una disciplina partidaria -o quizás, formando la disciplina partidaria a partir de sus pareceres consensuados-, las reuniones de acuerdo se parecerían menos a un conteo de fichas y más a un ágora. Y nosotros nos entretendríamos más viendo si las preguntas están bien o mal hechas, porque no debemos olvidarnos que evaluamos a Carlés pero también a nuestros Senadores.

 

Foto: fra298 / Foter / CC BY-NC-ND

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