Todo sobre la corte

UK: el costo de un divorcio (de new age traveller a emprendedor millonario)

By marzo 16, 2015junio 9th, 20202 Comments

La suerte puede cambiar y es mejor estar preparado para eso. Ahora bien, ¿durante cuánto tiempo nuestra suerte está atada a la de otra persona? O, dicho de otro modo, ¿podemos rehacer totalmente nuestra vida? Estas son las preguntas que flotan subliminalmente en este caso de la Corte Suprema del Reino Unido, que da vía libre a la petición que Kathleen Wyatt le hiciera a su ex-marido Dale Vince por una compensación de 1,9 millones de libras, 22 años después de su divorcio. La situación es la siguiente: Wyatt y Vince, muy jovencitos (21 y 19) se casaron en 1981 y tuvieron un hijo. Se separaron en 1984 y el muchacho Vince se dedicó a lo que los británicos llaman un «new age traveller lifestyle«, que no es otra cosa que un hippie contemporáneo: seguir a bandas de música, vivir en comunidad, dormir en camionetas, etc. Durante ocho años, don Vince se dedicó a esto mientras doña Wyatt criaba a su hijo. Cuando volvió, en 1992, se divorciaron y como aunque lo dieran vuelta no se le iba a caer ni una moneda, cada uno partió para su lado en paz. Pero resulta que a Dale Vince se le despertó el espíritu emprendedor, innovó con la energía eólica y terminó construyendo Ecotricity, compañía hoy valuada en 60 millones de libras esterlinas.

Amparada en el hecho de que en el divorcio de 1992 no consta que se haya realizado una «financial order«, Wyatt solicitó una a su ahora rico ex- marido. La «financial order» es el documento judicial que fija los términos del divorcio, tanto en cuanto a separación de bienes como respecto de las obligaciones alimentarias. En este caso, lo que Wyatt solicitó fue una «lump sum«, es decir, una suma única que englobaría todos los conceptos pasados. Además, solicitó que todos los costos legales fueran a cargo del empresario energético. Vince se opuso en virtud de las reglas de Procedimiento en asuntos de Familia, que permiten que los jueces rechacen in límine una petición, si está aparece sin base razonable («no reasonable grounds») o abusando del proceso legal («in abuse of the court´s process»).  La cuestión llega a la Corte por apelación de la Sra. Wyatt, luego de que la Corte de Apelaciones le diera la razón a Vince respecto a las costas del proceso y le ordenara a aquélla que devolviera lo recibido por ese concepto. Lo que primero decide la Suprema Corte es lo procedencia de la acción y sostiene que no se puede decartar in límine un pedido de «financial order».  Dice la Corte en la sentencia -según el resumen de su comunicado de prensa-:

«La petición de Ms Wyatt es legalmente procedente y no constituye un abuso del proceso por lo que su apelación respecto del rechazo in límine es exitosa. Lord Wilson identifica los asuntos en la petición con el objetivo de que el caso sea manejado eficientemente en el futuro. Ms. Wyatt enfrenta formidables dificultades si quiere establecer que una «financial order» debe ser hecha en su favor, incluyendo entre ellas la corta duración de su matrimonio y la larga demora desde entonces. No esta claro si ella podria sostener su reclamo con base en la necesidad generada por su relación con Mr. Vince. Sin embargo, la sección 25(2)(f) de la Ley de 1973 obliga a la Corte a considerar «las contribuciones que cada una de las partes ha hecho…. para el bienestar de la familia, incluyendo cualquier contribución al haber cuidado el hogar o haberse hecho cargo de la familia». Ms. Wyatt sin duda se apoyará en su mucha mayor contribución para al educación de los hijos de la pareja durante muchos años, un factor que podría justificar una «financial order» por una suma comparativamente modesta».

A pesar de que la Corte Suprema no decide el fondo del asunto, la sentencia dice mucho al permitir que la causa prospere -con consecuencias económicas importantes para Vince, ya que lo hace sustentar los costos del proceso-. La postura del Tribunal es prudente, dando a entender que, por un lado, el proceso judicial de familia no puede ser territorio para oportunistas y, por otro lado, considerando que hay un deber de justicia respecto de aquella persona que ha asumido sobre sus hombros las cargas de sacar adelante una familia. De este modo, la sentencia fija algunos límites para el debate pero está lejos de cerrar la discusión.

La prensa británica se ha hecho eco de la sentencia en varios medios. La noticia, en The Guardian, puede leerse en este link (Woman wins right to seek money from ex-husband 30 years after breakup), junto a un par de comentarios (aqui, aquí  y también aquí). La cuestión también interesa a The Independent, a los especialistas en Derecho de Familia (aquí) y, como no podía ser de otro modo, a los hombres de negocios (International Business Times).

 

Foto: txmx 2 / Foter / CC BY-NC-ND

2 Comentarios

  • SebaE dice:

    Hola Martín, no sé, che. Los argumentos del tipo «me hice cargo de quien es (también) tu pibe» tienen un fuerte eco correctivo. A mí también me gusta, en principio, el fallo. Vamos a ver qué deciden sobre el tema de fondo (aunque ya se insinúan algunas cosas). Son aguas turbulentas las que este caso genera para los tribunales. El problema de los oportunistas no es sencillo.

  • Muy interesante. Me parece que hay flotando consideraciones de justicia distributiva por ahí.
    La relación causal entre matrimonio y enriquecimiento es muy débil, pero parece que al mismo tiempo suena injusto que el marido siga por ahí sin darle una tajada a su ex (muy ex). Para mi esa tajada es 100% redistribución, 0% corrección.
    Los argumentos del matrimonio y el cuidado de los hijos suenan como una forma de introducir cuestiones de justicia correctiva a los fines de apoyar (también) ahí una eventual decisión favorable a Wyatt. Pero en verdad hay equidad, en los términos del CC, o redistribución.
    Hay muchas interesantes proyecciones en otras áreas del derecho privado de este tipo de decisiones (daños, contratos)
    Muy lindo caso y tema
    Martín

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