Robert Barnes, corresponsal del Washington Post para la Corte Suprema de EE.UU., reflexiona sobre el gran evento de esta semana -la audiencia en King v. Burwell, donde se discute la capacidad del gobierno federal para dar subsidios de salud en los Estados. Recordamos que la decisión de Roberts en Obamacare I fue muy discutida (vid. post aquí) y supuso un posicionamiento estratégico del Presidente del Tribunal, que lo alejó de posiciones ideológicas y lo situó como un estadista preocupado por el rol institucional de la Corte Suprema. ¿Podrá hacerlo de nuevo? Esa es la duda que carcome al periodista, quien analiza los logros del liderazgo de Roberts en evitar la permanente confrontación ideológica, intra-cortesana.
«Roberts, 60, bromea acerca de la «extraña singularidad histórica» de que el Presidente del Tribunal solo tenga un voto. Pero ha aprendido a usar las herramientas que vienen con su cargo: moldea la discusión en los acuerdos, escribe la opinión de la Corte o la asigna estratégicamente, cuando está en la mayoría; es proclive a establecer pequeños y aparentemente irrelevantes cambios que podrían luego florecer en algo mayor. Y el último año, lo que Roberts describió como la particular obligación del Presidente para lograr consenso dio sus frutos. El porcentaje de decisiones unánimes creció al 66 por ciento, un nivel no visto desde la década de 1940. El porcentaje de decisiones 5 vs 4, elevado durante el período Roberts comparado con el de otros Presidentes, cayó al 14 por ciento, el más bajó desde que asumió en la Corte»
La nota se extiende en el desarrollo de esta estrategia de Roberts y marca como, a pesar de su origen conservador, hace innumerables esfuerzos por adquirir una personalidad puramente institucional. A diferencia de los otros Ministros, no da entrevistas a los medios, no participa de reuniones académicas y ha asumido una defensa generosa de la integridad de sus colegas -de uno y otro bando- ante los pedidos de recusación. Sin duda, los casos de mayor relevancia pública y alta conflictividad política suponen un terremoto para la línea media del consenso. Probablemente, recién al final de este año judicial americano sepamos como le fue a Roberts con ello.
Lea la nota completa, aquí: Obamacare threatens to end John Roberts’s dream of a nonpartisan Supreme Court – The Washington Post.
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