Desde muy chico noté que tenemos una tendencia a repetirnos. Uno se sienta el primer día de clases en un banco, y salvo que al lado nos toque un plomo, al día siguiente volveremos por arte de magia al mismo lugar. La mayoría hace lo mismo y todo mantiene cierto orden. Por suerte, de vez en cuando cambiamos la tranquila estabilidad en la que silenciosamente nos acomodamos y algo nuevo se genera. Hay un riesgo en cambiar, pero también hay un riesgo en mantenerse quieto y volverse aburrido. Yo tan sólo compré los primeros dos discos de Coldplay. De ACDC o Iron Maiden tan sólo alcanza con un grandes éxitos. Los Beatles, Pink-Floyd, Queen, Génesis, Pearl Jam, U2, REM, Faith No More, y muchas otras bandas han luchado con éxito contra las repeticiones. Tres años de seguimiento cortesano nos muestran que nuestro alto tribunal no es ajeno a la inclinación reiterativa. Las grandes novedades y creaciones jurídicas desde arriba se ven en cuenta gotas. A eso hay que añadir que su cintura política hace que muchas de las novedades que nos presenta sean más bien resoluciones de casos con algún interés mediático o institucional, que minan las creaciones pretorianas. Parece un razonamiento contra-intuitivo, pero es difícil que se haga jurisprudencia a través de casos muy relevantes o calientes. Esta dinámica nos convierte en un público mayormente interesado en el «sumario» o el «titular». Queremos conclusiones. Definiciones breves. Herramientas de trabajo. Nos conformamos con saber cuál es el derecho vigente, aceptando diariamente la tesis del realismo escandinavo o americano.
Todo Sobre la Corte tampoco es ajena a las repeticiones. Dotar de algún atractivo y agregado a cada post para que no se adivine lo que vamos a decir cada vez cuesta más. Si bien son diferentes, y tiene nuestra huella, muchos se terminan pareciendo. En consecuencia, hete aquí la novedad, hemos decidido que vamos a llamarnos a silencio durante un largo rato y aprovecharemos para transformar el contenido que ustedes y nosotros hemos dejado a largo de estos tres años para que pueda utilizarse como una ágil base de consulta sobre lo que ha hecho la Corte entre el 2010 y el 2013. He parafraseado a Soda Estéreo en el título y me parece que debo cerrarlo con el «…gracias totales…» de aquellos antológicos recitales de despedida. Gracias en serio a nuestros lectores silenciosos, a quienes se han animado a mandarnos alguna contribución, a quienes han seriamente enriquecido nuestros posts con sus sesudos comentarios, a quienes nos han acompañado en alguna parte del viaje. Y a todos, muchas gracias por el humor y el respeto en el dialogo. Se han tocado temas urticantes y se ha debatido con altura. Ahora si, gracias totales.