La noticia se «construye», así como se construye un caso judicial. Hay que entender de qué se trata el asunto, conseguir pruebas, ponerle una carátula, etc. Más o menos eso pasa con cada noticia. Con cada una. Y cada noticia arma un tapiz al que se le llama diario, que cobra vida cual alfombra mágica. Pero cada diario es un tapiz que ofrece algo diferente. Si quiero muuuuchas noticias, no voy a Página 12, pero sí, si estoy a favor de la ley de medios. Si estoy en contra del aborto prefiero apoyarme en los argumentos de La Nación. Y si quiero algún caso fresco de corrupción del gobierno de turno voy a Clarín. Ahora bien, ¿por dónde, cómo concretamente, tangiblemente, se manifiesta todo eso que me hace o hizo decidir por tal o cuál diario? Veámoslo con lo que dijeron de la Corte los diarios estos días.
La tapa es lo primero que dice qué quiere informar -y qué no- un diario. Si vamos a la edición del martes pasado veremos que la noticia que Página desplegó en toda su tapa (Un pinocho mal herido) no fue ni mencionada en la tapa de La Nación. Clarín le dedicó un pequeño recuadro, pero resaltado, cerca del ángulo inferior derecho. El asunto había sido instalado por una entrevista que le hizo Clarín al ya ex embajador de Chile, pero fue tomado por Página como si fuera propio, como es propio a Página 12 todo lo referido a militares/dictadura/violaciones a los derechos humanos. Esto también nos indica que lo que un diario no pone en tapa es lo que no quiere que se instale en la agenda pública, al menos de manera jerarquizada. La Nación no lo logró, el embajador terminó renunciando tras su primera entrevista en los medios después de asumir.
El segundo paso para develar por dónde nos habla un diario es leer la forma de los títulos. Esto es, no sólo leerlos para enterarnos de algo, sino para ver cómo se nos “vende” ese hecho.
Si leemos de corrido estos tres títulos ¿podremos detectar a qué diario pertenece cada uno?
• El Poder Judicial tiene que poner límites a los otros poderes
• Lorenzetti: «La Justicia debe poner límites, pero no es su función gobernar»
• No es tarea de la Justicia gobernar
Les doy una ayudita que igual no servirá de mucho: los tres diarios que analizamos en nuestros post (Clarín, La Nación y Página 12, los ordené alfabéticamente para no despertar suspicacias de preferencias) titularon con presuntas palabras textuales del Presidente de la Corte, Ricardo Lorenzetti, un artículo que hablaba, en principio, del festejo del Máximo Tribunal por los 200 años de la Patria, y donde presentó la obra Constitución Nacional-Publicación del Bicentenario. Obvio que la noticia terminó no siendo esa, sino sólo su contexto.
¿Ya descubrieron a qué diario pertenece cada título? No vale entrar al link. Tarea para la casa…
Lo que sigue es leerse las bajadas, o copetes, de los artículos. Ese breve resumen que aparece después del título, antes de entrar al cuerpo completo del artículo.
Volvamos al ejercicio anterior (ordenado alfabéticamente por diario):
• Clarín: El presidente de la Corte Suprema remarcó que el Poder Judicial debe mantenerse dentro su área de competencia. «El Estado de Derecho significa el equilibrio, el contrapeso y el control recíproco de los tres poderes», agregó.
• La Nación: El presidente de la Corte Suprema advirtió que el Poder Judicial debe mantenerse «en su área de competencia»
• Página 12: El presidente de la Corte Suprema de Justicia, Ricardo Lorenzetti, fijó ayer posición sobre el rol de la Justicia y la relación con los otros poderes del Estado. Sin hacer alusión explícita a ninguno de los reproches, el Supremo aseguró que es tarea del Poder Judicial “poner límites a los otros poderes” de la Nación ya que estimó que “no hay poderes ilimitados”, aunque aclaró también que la función de la Justicia “no es gobernar”.
Fíjense que lo del Bicentenario tampoco apareció en las bajadas, que fue en realidad el motivo que reunió a la gente alrededor de Lorenzetti. El acontecimiento construido fue la interpretación del Presidente de la Corte sobre los límites entre los poderes, no el festejo del “bi”, ni mucho menos la Constitución presentada. Lo que pasa es que ese hecho ya no tenía noticiabilidad. En criollo, ya no le importaba a nadie después de tanto “bi”. La “papa” estaba en el discurso de Lorenzetti. En realidad, “LA papa” está en cómo cada diario interpretó estas palabras del Cortesano Máximo.
Muchísima gente sólo lee los copetes y con eso se siente informada. Eso no está mal, sobre todo si se trata de un lector avezado en esto de qué quiere decirme cada diario. Viene al caso una anécdota. Hace un tiempo un estudiante preguntó a mi amigo Jim Rowe si lo primero que él leía de un diario era el editorial, en línea con lo que nos enseñaron en la facultad: ¡¡ahí es donde un diario despliega toda su ideología!! se nos decía, como si en el resto no!. Todos nos imaginábamos a Jim corriendo a la puerta cada mañana en pijamas a recoger la edición de su eterno competidor, el New York Times, y buscar ávido, la página del artículo editorial. Sin embargo, Jim respondió rápido y enfático, y con un gesto con su mano derecha mostrando cierta cuota de fastidio: “ah! Nunca leo los editoriales. Hace años que no leo los editoriales de los diarios. Ya sé qué van a decir”.
El otro tema interesante a tener en cuenta es el autor del artículo. Con el hábito de la lectura constante ya nos sabemos de memoria que en Página 12 la que cubre Corte es Irina Hauser, a esa sección de Clarín volvió Silvana Boschi y en La Nación tenemos al eterno Adrián Ventura. No están solos, de hecho Clarín recientemente y La Nación ya hace un tiempo, aumentaron la cantidad de periodistas que cubren judiciales, y no precisamente para cubrir causas penales (que van casi por default a la sección policiales o sociedad) sino para la sección política, o sea, que vienen con un fuerte entrenamiento en leer políticamente los temas de justicia. A esto hay que sumarle los columnistas, grandes hacedores de líneas editoriales y expertos en el arte de ejecutar el por-dónde-informa-un-diario. Sigamos haciendo ejercicios y pensemos por un momento si de repente Adrián Ventura empezara a escribir columnas de opinión en Página 12, o Mario Wainfeld en La Nación. Imposible imaginarlo.
Lo segundo de lo primero
Si lo primero es la tapa de un diario y con ello los títulos y sus bajadas, lo segundo de lo primero es ver cómo está armado el interior del artículo. Para transformar un hecho en noticia es imprescindible responder en cada artículo a las cinco o seis preguntas básicas: ¿A quién le sucedió?, ¿Qué sucedió?, ¿Cuándo sucedió?, ¿Dónde sucedió?, ¿Por qué sucedió? y ¿Cómo sucedió? y ahí hay para entretenerse. Porque si bien estas respuestas construyen la noticia (y así los acontecimientos, y así la agenda pública, y así la realidad, y por eso lo que no sale en los medios no existe!!) el cómo cada diario contesta esas preguntas muestra las hilachas de qué realmente nos está queriendo decir. Por ahí es donde un diario nos habla de sus intereses y principios.
Si una noticia carece de alguna de estas respuestas, deja de responder a la urgencia de construir la realidad de cada día y pasa a ser una nota de fondo, un artículo guardado “en parrilla” (según la jerga periodística) y que por fin encontró un hueco, o no tuvieron nada que poner y lo completaron con eso. O alguna otra misteriosa o “sospechosa” razón. Veamos un ejemplo. El domingo pasado Martín Granovsky firmó un artículo titulado El fin de la misa en latín y de espaldas. Para que entren en tema les transcribo la bajada: El ministro Raúl Zaffaroni explica cómo será el nuevo Instituto de Investigaciones que impulsa la Corte. Quiere terminar con la tradición de “mantener en reserva la propia actividad judicial, como si el Poder Judicial tuviese la tendencia a dar la misa en latín y de espaldas”. En ese artículo cinco de las seis preguntas básicas fueron respondidas, menos la que definitivamente convierte a algo en una noticia, el cuándo. Desde la bajada el único tiempo verbal es una especie de presente continuo inservible para la poca vida de un diario “el ministro… explica”. Será que explicó. Luego Granovsky retoma la ubicación temporal del asunto pero con una frágil expresión de “ya está montando en la Corte un instituto multidisciplinario”, para luego seguir titubeando con lo que es o será: “La puesta en marcha del ente que se llamará Instituto de Investigaciones y de Referencia Extranjera de la Corte Suprema se produce…” ¿se llamará? ¿No era que ya fue puesto en marcha?, pero encima, tenemos otra vez ese raro presente continuo del “se produce”. En fin, es una pena que una iniciativa tan auspiciosa de la Corte no tenga una fecha de nacimiento, que un tema tan promisorio no se haya terminado de parir como noticia.
Qué callan y con qué disimulan
Los diarios también nos hablan con los sonidos del silencio, por lo que no dicen, los temas que directamente no tratan. Y para no repetir lo del post anterior veamos rápidamente algunos temas de los últimos diez días relativos a la Corte pero presentados por uno sólo de los diarios que estudiamos:
• Página 12: La Corte votó por los discapacitados
• La Nación: Denuncian operación de inteligencia en el caso Beliz-Stiuso
• Clarín: La Corte pidió fondos para dar un aumento de salarios
Pero todavía hay más. Hay que tener en cuenta el tamaño de cada título, la cantidad de párrafos, los colores usados, la ubicación dentro del propio diario y dentro de la página, además, las fotos, ilustraciones, infografias, etc. Ni que hablar de la competencia de las versiones online de los diarios y sus ediciones de últimas noticias. O la cantidad de veces que un diario habla de un mismo tema, y otras muchas cosas.
Lo bueno es abordar la lectura de un diario o de varios, mejor todavía, como si fuera un buen menú de tapas españolas, de las que se comen. Que sea un placer tan visceral y reconfortante.